Soluciones bajo presupuesto para problemas Mercurio retro

MARÍA LUISA SANÍN PEÑA

Mi generación, que es seguramente la misma suya, y que resulta es también la de María Luisa Sanín, creció en un contexto político bastante particular. Me atrevería a decir que si usted pertenece a nuestra generación muy seguramente se le prometió un sueño dorado, producto de la movilidad social que tuvieron sus padres y abuelos. La gran promesa de que la educación, el bilingüismo y el internet nos otorgarían, en teoría grandes oportunidades de vida. Sin embargo, ahora que nos adentramos en los treintas, el panorama es bastante desolador. La precariedad laboral que pactaron nuestros padres y madres en los noventas bajo la promesa del trabajo flexible del neoliberalismo en contraste con el trabajo rígido del modelo capitalista fordista nos dice cada día que vivimos en la forma más depredadora del capitalismo. Por otro lado nos enfrentamos a otros fenómenos dolorosamente obvios: el miedo provocado por crisis ambientales que amenaza con acabar con el futuro, la abolición citadina del sentido de colectividad y su transformación al individualismo, el feroz movimiento de las tecnologías y su relativa accesibilidad, el flujo político que pulula desde la ultra derecha y continúa en ese progresismo neoliberal que otorga relativas libertades individuales, las feroces guerras libradas por los países centrales por otorgarle una supuesta democracia a países periféricos con sistemas de gobierno alternativos. Quizás lo más evidente de todo, nuestra exposición a la información producto de aparatos tecnológicos portátiles, cuya velocidad pareciera no darnos un respiro de malas noticias o del mercado.
Somos hijas e hijos de la caída de Allende. Quienes crecimos en ciudades fuimos forzosamente bilingües, en idioma y cultura, pero a diferencia de nuestras madres y nuestros padres hemos vivido con pesadez el neoliberalismo, que pareciera ser un eterno mercurio retro.
Mercurio retrógrado es descrito por la astrología como un fenómeno temporal determinado por el movimiento en retrogradación del planeta mercurio. Aunque este movimiento es característico de todos los planetas, mercurio afecta la psique humana, la tecnología y los movimientos vitales de manera negativa. Mi generación, que de nuevo es la de Sanín, y quizás la suya, tiene una afinidad alta con la astrología, la distribución de memes sobre el fenómeno rota por nuestras redes cotidianamente preparándonos para lo que viene o justificando nuestros comportamientos en ello. Lo cierto es que hay una pérdida de respuestas, un agotamiento en la búsqueda de alternativas al sistema violento que nos rige, y que cualquier fuerza superior otorga más explicaciones de lo que ofrece nuestro contexto. Hay también un problema de semejanza que vitaliza la interpretación mainstream de la astrología: los ciclos del capitalismo, las constantes crisis que terminan por fortalecer la desigualdad en lugar de hacer al sistema colapsar se parece a lo cíclico y esquizofrénico del supuesto mercurio en retro.
Sanín nos expone objetos raros, con colores casi radiactivos, cuyas texturas y materiales nos remiten a una estética de los imaginarios de una apocalipsis dibujada a principios de los 2000. Un escenario de ciencia ficción donde mercurio ha hecho de las suyas, una suerte de pesimismo pop que explora con la estética del internet la manera en la que los movimientos astrales se posicionan como agentes del colapso de la sociedad humana. Allí pareciera que Mercurio ha acelerado la vitalidad de los objetos que presenta Sanín, televisores cuadrados y pesados, celulares y iPods de generaciones de hace 10 años, que bajo la lógica del mercado actual parecen antigüedades en extinción. Desechos tóxicos de un pasado cercano, al cual destruyó una profecía televisada.
Pero la exposición nos plantea también otra pregunta, la del sistema de creencias sobre el que nos volcamos en el mundo del internet. Todo aquello que recae en un espacio abstracto, que nos es tan ajeno como lo es Mercurio, y que parece tener una influencia profunda en nuestra psique y nuestras conductas. La interacción entre ambos espacios, el de la astrología y el internet colisionan en una articulación de sentido, cuya lectura resuelta a ratos ambigua, pero cuyos elementos nos son cercanos. Dichos elementos configuran nuestra cosmovisión, es decir, aquello que atraviesa nuestros valores, nuestra apreciación del gusto, nuestras formas de consumo, nuestro sistema de creencias y nuestras tendencias emocionales. Al final, para nuestra generación, el mundo del internet es un cosmos, un universo casi espiritual del que dependen nuestros hábitos cotidianos y sin el cual nos es difícil comprender el mundo. Más allá de los lugares comunes en los cuales somos leídas por generaciones más viejas, hemos encontrado en la web una forma compleja de interrelacionarse que nos permite brincar de forma inmediata desde un canal de información, un conversatorio académico a un chiste. El internet como el sistema solar, las redes como los astros, los memes como estrellas determinan en gran medida nuestras tendencias.
Si usted pertenece a mi generación, que es la misma que la de María Luisa, la evocación al positivismo que imperaba en nuestra juventud tendrá la misma sensación de profundo pesimismo al ver un trabajo instalativo y escultórico que articula con humor y colores la obsolescencia programada, la circulación de información, las Kardashians y el movimiento de los planetas.

Manuela Besada-Lombana

Estudió un Foundation Degree in Art & Design en Central Saint Martin’s y un BA en Fine Arts de Chelsea College of Art & Design en Londres, Reino Unido. En el 2014 participó en el simposio Territories of Practice, una colaboración entre Chelsea y el programa pedagógico del Tate, que examinó el estado actual de las prácticas de arte contemporáneo. Participó en varias exposiciones queer en el Reino Unido, incluyendo la noche de exhibición del Slade Queer Club, Slade Wotevers. Su video Slugkiller, creado en colaboración con Laur Duvall, fue seleccionado para DEEP TRASH: The animal farm en el 2015, como parte del ciclo de exposiciones de CUNTemporary, una organización para las prácticas queer y feministas. En el 2017 expuso su instalación ‘Jaulas de zoológico’ en el pabellón ArteCámara en ArtBo, curado por el dúo curatorial La Usurpadora, y en una exposición individual en el espacio independiente Más Allá, en Bogotá. La obra fue mencionada en artículos de prensa en Observer y en Vice Colombia. También fui seleccionada para participar en los programas pedagógicos independientes ArtBo Tutor y el Laboratorio de Video-arte Puerto Contemporáneo, dos programas que resultaron en dos exhibiciones. En el 2018 participé en el programa de la Escuela Incierta en Lugar a Dudas, Cali, Colombia, y gané la beca para residencias internacionales del Ministerio de Cultura de Colombia para hacer una residencia en The Fountainhead Residency, Miami, EEUU.
 
He exhibido mi obra colectivamente en Colombia, México, Argentina, el Reino Unido, y Estados Unidos. Más información sobre María Luisa visita aquí.